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[Explorando el restaurante Junidanya en Gion, Kioto]

Hace algún tiempo, fuimos al restaurante Junidanya en Gion, Kioto. Este restaurante es famoso por haber inventado el shabu shabu (finas lonchas de ternera que se comen después de sumergirlas en agua hirviendo), pero también es conocido por ser un lugar de reunión de los principales miembros del movimiento Mingei y de destacadas figuras culturales de la época. Como aficionados al arte popular, siempre hemos querido visitar este restaurante al menos una vez.

La tienda principal está situada en un callejón bordeado de salones de geishas y restaurantes tradicionales, muy típicos de Kioto. Al entrar en el restaurante, lo primero que se ve es un tigre pintado a mano por la famosa Shiko Munakata. Las líneas de tinta, que parecen estallar, son vívidas e increíblemente poderosas. El dibujo es un poco humorístico, pero desprende una calidez que le conquistará.

A continuación pasamos por las puertas correderas al segundo piso. La sala que nos enseñaron era muy cómoda, con luz que entraba por una gran ventana. La alcoba y las estanterías están decoradas con obras de cerámica de Kawai Kanjiro, Hamada Shoji y otros, y las puertas correderas también están adornadas con grabados de Munakata Shiko. Las puertas correderas suelen estar abiertas, pero cuando el dueño del restaurante supo que éramos aficionados al arte popular Mingei, tuvo la amabilidad de cerrar todas las puertas correderas para que pudiéramos ver todas las superficies de las puertas. Imaginando cómo Yanagi Muneyoshi y sus amigos del movimiento Mingei podrían haber discutido sus apasionados pensamientos en esta sala, al sumergirte en el espacio tienes la extraña sensación de estar dando un salto al pasado.

El shabu-shabu de Junidanya consiste en finas lonchas de ternera y verduras bañadas en un caldo especial y servidas con salsa de sésamo. El caldo dashi se hierve en una olla de cobre llamada hokozu, diseñada por el primer propietario del restaurante y utilizada durante décadas mientras se reparaba. Mientras apreciábamos la belleza y elegancia de estos utensilios cuidadosamente utilizados, supimos que el número de artesanos capaces de repararlos disminuía año tras año, y no pudimos evitar desear que el mundo pudiera seguir ofreciendo el meticuloso trabajo de los "artesanos" que los "usuarios" pudieran utilizar en su vida diaria.

Mientras comíamos, el personal del restaurante nos relataba episodios relacionados con las obras y los recuerdos de la generación anterior, y cuando salimos, teníamos el estómago y el corazón llenos. Era un restaurante maravilloso en el que se podía disfrutar de ese momento tan lujoso que es el de ser tratado en un espacio en el que se siente el aliento de las obras de arte.

El restaurante shabu-shabu Junidanya
https://junidanya-kyoto.com/
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